El arte de y para desacelerar la vida

Entre las posibilidades que nos da el arte como herramienta es la desaceleración de los ritmos en los que actualmente nos vemos sometidos, especialmente en la escuela. que se ve amenazada por el movimiento curioso o desorientado de los y las niñas. Para ello existe una máxima: Mantenerlos ocupados. Sin darnos cuenta los estamos llevando a lo que tanto tememos. La inhabilidad para que se focalicen.

Las ferias de arte, los programas de tiempos muy cortos, son leña que se añade al fuego. Piense en esto. En la mayoría de las escuelas, el arte ha perdido el uso de la pintura por temor al “desorden” que provoca, al dibujo porque no tienen claro para qué sirve, pensamos que es una pérdida de tiempo. Cuando un niño ve una mesa con pintura está muy emocionado y mas si ve varias propuestas, esto lo pone en un dilema enorme porque lo pone a dudar a donde quiere estar, por lo tanto, pica allí y pica allí y al final se va con mucho de todo y nada.

Los pequeños también no solo buscan salir a hacer cosas. Ellos y ellas quieren encontrarse con otros y otras, ser visibilizados y que su palabra sea escuchada. Ademas de brindar un taller de color o de formas ha de brindarse un espacio para esto que la teoría de grupos le llama la tarea implícita, como representativo de lo inconsciente, sea abordada.

Una de las cosas importantes no es ni siquiera la alta calidad de los materiales como si un espacio que les asegure un momento de respeto a su ritmo, y al ritmo de los otros ( aprender a esperar), para gestionar las pequeñas cosas que suceden en el espacio de creación, cuando son muy pequeños a veces hay preguntas o temores: recuerdo uno que en un taller dijo: estoy muy temeroso del león, (el que estábamos dibujando) y por un momento se quería esconder debajo de la mesa.

Si bien, el arte no se puede salvar de la rueda del mercado, una fina y decidida meta hará que nuestro trabajo no sea la feria que se quiere hacer de él.

Rosalba Henao