Cuando los pájaros no cantaban




Por: Rosalba Henao



Hace mucho tiempo no leía algo tan  doloroso y   al mismo tiempo inspirador. Reconozco que he llorado mucho y también he sentido que se han unido parte  de las hilachas que de años atrás, venían colgando desde dentro. Acceder de primera voz a las cosmovisiones  de las diferentes culturas que habitan el territorio colombiano, es alucinante. Las formas  de la relación ser humano -  naturaleza, la manera de enfrentar las calamidades, la violencia,  especialmente por parte de las mujeres;  las que han sufrido doblemente.  Vivir la muerte de sus hijos, vecinos, esposos y por último el abuso  sexual a las que fueron sometidas como estrategia  de acumulación de tierras. Zonas que posteriormente serían  usadas para el "desarrollo" llámese, minería, monocultivos, cultivos ilícitos, lícitos,  represas, canal interoceánico, puertos secos, biodiversidad.

La agudeza y generosidad para ver y  perdonar lo atroz, cómo seguir adelante cuando la vida "termina”, son  hilos conductores hacia el encuentro con formas avanzadas de vivir. 

 

Si bien estas historias y testimonios nacen en la selva profunda, pues es allí donde con más fuerza se produce la guerra, sin embargo salpican a más de una nación del mundo. La ambición de una élite nacional conformada por pocas familias, que para mantenerse en el poder y  seguir acumulando riqueza, realiza atrocidades,  se alía con el capital voraz  y consumista de los países del primer mundo para producir el aplastamiento de las comunidades en conjunto con las fuerzas militares y  mixtas. De esos cuerpos humillados,  nacen voces de esperanza. 

No,  no es el mundo de los felices quienes nos entregan las lecciones de resiliencia, son los arrastrados en su propio suelo, quienes nos dan aliento. 


La importancia de esta recopilación  ha sido tal que ya algunos miembros de países del "primer mundo" le han manifestado al Padre Francisco de Roux, presidente de la comisión de la verdad, la urgencia de  replicar  esta herramienta  en sus naciones. Como bien lo han dicho ellos también necesitan de esos procesos  y esas  esas verdades. Más allá de las realidades de cada nación,   no  imagino lo que pueda pasar cuando la gente del común de esas lejanas tierras, sepan  que las delicias que tienen sobre  su mesa, se han producido en la mayoría de los casos,   sobre un campo de muertos, que las joyas que lucen con orgullo tienen una huella indeleble  de  sangre, y que de esto, también son responsables sus connacionales. Esto no es la guerra civil de un paisito   del sur, esto es una guerra provocada por un modelo de desarrollo en las cuales han metido las manos muchos países del mundo. 

Sin duda  cada uno de nosotros necesita conocer también estas verdades, hechas de  relatos íntimos, dolorosos, a veces poéticos, llenos de sabiduría, ya que hemos caminado de espaldas a la vida, algo que las  comunidades campesinas, afro e indígenas han sabido entender y proteger. 

 

Cuando los pájaros no cantaban es el relato de quienes vivieron de manera directa el conflicto en Colombia, es la historia oculta por años y que  ahora gracias al trabajo de un gran equipo, llega hasta nuestras manos para producir la catarsis de todo un país que había estado  y sigue siendo llevado a la violencia,   silencio  y  al olvido.



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